Cuando en el Jubileo del año 2000 el Papa Juan Pablo II quiso pedir perdón por
los pecados que había cometido la Iglesia, muchos no le entendieron. Incluso el
entonces Cardenal Ratzinger (que más tarde llegaría a ser el Papa Benedicto
XVI) salió en su defensa, argumentando que era plausible que la Iglesia pidiera
perdón, pues le dolían los pecados que se habían cometido en su nombre.
Presentación del Acto Penitencial, a cargo de Jorge Zazo (delegado diocesano del V Centenario) |
También en el siglo XVI grandes responsables eclesiásticos
(obispos, clérigos e inquisidores) pusieron muchas trabas a la labor de Santa
Teresa en su afán por difundir el amor a Dios y la cercanía con Cristo. Pero
Teresa nos enseñó que el Señor tiene una infinita misericordia, y que es capaz
de perdonar nuestras faltas. Es por ello que el marco de su V Centenario es el
momento perfecto para implorar esa misericordia de Dios, que nos conceda su
perdón y que podamos seguir esa senda reformadora, como en su día hizo la
Santa.
El Acto Penitencial partirá de San José, primera fundación de Santa Teresa |
El momento elegido para ello será el próximo sábado 21 de
febrero, primer sábado de Cuaresma. El acto penitencial comenzará a las 20:30
horas en el Convento de San José, para después procesionar hasta la iglesia de
San Pedro Apóstol, donde finalizará la celebración, y donde el Obispo de Ávila
realizará una oración de perdón junto a la Cruz. Comenzar en San José tiene un
significado muy especial: allí comenzó esa reforma emprendida por Santa Teresa,
que revolucionó la manera de entender la vida conventual en aquel momento. Por
otra parte, es templo jubilar en este Año Teresiano, lugar donde los peregrinos
imploran el perdón de sus faltas por medio de la Indulgencia Plenaria. Además,
San José es para la diócesis de Ávila el modelo perfecto de lo que la Iglesia
debe aspirar a ser: una comunidad fraterna, austera y sencilla, dedicada a la
oración y a la contemplación del Señor.
Queremos invitar a todos a este acto público, en el que la
Iglesia asume también su condición de pecadora e implora la misericordia de
Dios. Todos estamos llamados a unirnos a este momento de especial relevancia,
que se celebra por vez primera en nuestra diócesis, y que pretende ser un punto
de partida en ese camino hacia la Nueva Evangelización a la que nos llama
nuestro Obispo y, en última instancia, el Santo Padre.
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